Sain Germain

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sábado, 23 de mayo de 2009

Maestro Jesús



Mensaje recibido el 7 de septiembre de 2004

La vida es una creación divina, cada uno ha venido a experimentarla en contadas ocasiones, muchas más de las que pueden imaginar. Viviendo en carne propia pueden comprender, pueden sentir el amor, el amor la fuente suprema de vida, de universos sin fin.

Cada uno tiene su sello, su sello propio, cada uno participa en un proyecto glorioso de familias de almas, y éstas a su vez participan en el proyecto de su Yo superior y divino, ningún ser es solo, todos son parte de una familia eterna y universal, todos pertenecen a un hogar divino y ahora habitan un hogar planetario.

El amor es el origen y el motivo que los tiene en este ahora, no hay casualidad en ello, cada uno está creando y manifestando su propia realidad, realidad que se suma a un proyecto universal, realidad que influye positiva o negativamente en su entorno, realidad que pueden sentir en su cuerpo, su sangre y sus huesos.

La vida les proporciona esa maravillosa capacidad de sentir, ese es el propósito, sentir, vivenciar el sentimiento en la carne, emocionarse, reír y llorar, alegrarse y condolerse, el propósito de vida. Positivo o negativo, blanco o negro, bien o mal son solo polos, contrastes de vida, cada uno tiene la libertad suprema de experimentarla en el rango que escoja, y cada uno experimentará el resultado de sus propias manifestaciones, de sus propias decisiones.

Si bien por miles y miles de años se han mantenido en una rueda Kármica que va causando cada vida, cada propósito, cada proyecto de vida, han podido con ello elevar su alma, elevar sus vibraciones, elevar su luz.

Su conciencia ahora despierta y les recuerda su origen, les inquieta, les golpea el corazón, no les permite adormecerse, no les permite olvidarse.

Aquellos que despiertan traen un plan de vida muy importante en este ahora, traen una misión de hermandad y de amor. Ellos poco a poco han encaminado sus misiones y en cada rincón del planeta surgen.

Somos muchos los maestros que les hemos mostrado la verdad, la verdad contenida en su ser, en su corazón. Todos hemos venido a mostrarles su divinidad, su linaje real.

Las estrellas los aguardan, las estrellas los iluminan y envían sus rayos de amor y de conocimiento para facilitarles este tiempo de despertar.

Sus misiones no son sencillas, pero tampoco están solos, personalmente estoy con cada uno, como humano caminé por la Tierra y experimenté la vida en la carne, la sangre circuló por mis venas y pude sentir, amar y sufrir, comprendo sus corazón, comprendo su confusión, comprendo su pesar.

Mi amor es muy grande para con ustedes y siempre lo ha sido, estoy aquí cuando me buscan, cuando me necesitan, siempre estoy presto porque son mi pueblo amado, porque son mis hermanos, porque son mis amores.

La Tierra crece y se recupera en gloria, con ella todos ustedes también avanzan a un nuevo tiempo, a una nueva era, donde la luz dorada reinará, donde el amor reinará.

Cada uno es libre de seguir su corazón, es el tiempo en que los sentimientos se fortalecen, se acrecientan, en que las voces interiores se alzan muy alto, brotando por sus poros, para que sean libres y para que sientan la paz y la serenidad que esa libertad les brinda, la libertad de ser, libertad de la autoconciencia, la libertad del amor.

Cada uno puede elevar su vibración, están recibiendo todo lo necesario, todos sus poderes se están incrementando, sus dones se están incrementando, sus sueños más elevados pueden hacerse realidad en estos tiempos.

No hay dificultad para el que busca, ni para el que llama, estoy presto y mis hermanos también lo están. La Tierra es bendita, está protegida como nunca, nuestro Padre nos acompaña constantemente, nuestro Padre nos observa y vibra en cada manifestación, en cada creación. Somos su propósito, somos su gloria, somos su creación, somos su voluntad.

No se empequeñezcan, eleven su voz, eleven sus sentimientos, fluyan en ellos, es el tiempo de glorificarlos, es el tiempo de liberarlos, es el tiempo de amar.

El amor los está cubriendo con su manto dorado, y la madre bien amada alimenta a sus hijos brindándoles su luz, su resguardo, su pureza, su ternura, su sabiduría, su intención y voluntad.

No dejen que las bajas vibraciones los priven, elévense sobre ellas y manifiesten su creación suprema. La vida tan amada es un galardón para quienes la experimentan con pasión, y la pasión promueve la intención y la fuerza, con ambas pueden crear sus más maravillosas obras y compartirlas con sus hermanos.

Hoy es el día, hoy es el tiempo para reencontrarnos en un abrazo amoroso y único, humano y fraternal.

Somos hermanos en esta humanidad gloriosa y todos son importantes en el plan de nuestro Padre, en el plan nuestro. Cada uno manifiesta lo suyo y es apropiado, no hay nada que juzgar o criticar, cada uno eleve su vibración y elévese en amor y solo eso bastará para elevar la Tierra.

Cuando critican, cuando se quejan, cuando se desencantan bajan su vibración y se suman a la oscuridad, esa no es la idea, cada uno tiene su misión y las misiones de luz son de la luz, elévense en ella, que la oscuridad sostiene la oscuridad y no es necesario que ustedes desciendan a ella, más bien es importante que se eleven cada vez más a la luz, que disfruten cada vez más en su propio cuerpo de ella, de los rayos del Padre, de los poderes de los rayos.

Hoy es un tiempo sagrado en la creación, sagrado ha sido todo el camino recorrido, y hoy no es menos, más por el contrario se acrecienta en la energía de la luz, en la fuerza de los rayos que descienden bañando la Tierra, las vibraciones se hacen sentir en cada corazón, la luz o la oscuridad vibran en ella, ambas acrecientan su energía en cada polo, el contraste es cada vez mayor y cada uno escoge el camino, el sendero, cada uno se autoconvoca hacia un extremo, ambos son importantes para cada ser que habita en la Tierra.

Sean fieles a su sentir, sean fieles a su corazón, sean fieles a su alma y en ella me encontrarán, no demoren sus pasos, detrás de cada uno viene otro y otro más que mira su luz y la sigue, avancen que otros también avanzarán por ustedes y con ustedes, que yo estaré al final del sendero como todos mis hermanos que han habitado la Tierra alguna vez, que han enseñado, que han facilitado este momento, y otros tantos más que también nos acompañan.

Un abrazo fraternal de luz y de amor, su maestro Jesús.

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